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Viajes a Papeete

Viajes a Papeete

Encuentra aquí el viaje de tus sueños a Papeete

Papeete es la ciudad más grande y la capital de la Polinesia Francesa en la isla de Tahití. No es un paraíso tropical, pero tiene compras, comida, bebida y es agradable para observar a la gente.

Qué ver en Papeete

El muelle. Papeete ha reurbanizado su frente marítimo en un largo parque, con comidas y atracciones de carnaval.
Museo de la Perla Robert Wan. Un museo que exhibe exposiciones sobre el cultivo de perlas y la historia de las perlas por un lado y una tienda de perlas por el otro.
Asamblea de la Polinesia Francesa. Pequeños pero hermosos jardines alrededor de un estanque. Las placas cuentan la historia del lugar como palacio real, y de la vegetación del jardín.

Comer en Papeete

Las cocinas francesa y china están bien representadas aquí. Busque la palabra «Snack» en el nombre del restaurante. También hay un lugar de sushi de cinta transportadora que es muy bueno, y los chefs son muy amables allí.

El mejor negocio en la ciudad son los roulottes, los camiones de comida que se instalan todas las noches en la gran plaza del parque de la costa. Todos los días comienzan a instalarse al anochecer. La cocina china, francesa y tahitiana están bien representadas. Puedes conseguir chow mein, poisson cru, crepes, pizza, helado, y como esto es Francia, todo viene con pan.

Bebidas y vida nocturna en Papeete

Una (pequeña) jarra de microcerveza te costará 35 dólares. Compra jarras de Hinano para mantener los costos bajos.

De un capellán. El decorado es un homenaje a la estrella del cine mudo Charles Chaplin. Esperen un fuerte rap francés. Vigila tu cuenta.
Mana Rock Cafe. Este pub al aire libre es un buen lugar para sentarse a la sombra y tomar una cerveza fría en una tarde calurosa.
Les 3 Brasseurs. La única microcervecería en la Polinesia Francesa. La cerveza es ciertamente mejor que la Hinano, pero pagas una prima por ella, y palidece en comparación con las microcervecerías estadounidenses.
Ese tiki-bar cerca de Les 3 Brasseurs. Su nombre no importa; es el único otro bar en este tramo. Algunos asientos en la acera y muy pocos en el interior. Hay un dulce perrito que se cuelga por aquí. Si la acaricias, le ladrará a cualquiera que te dé problemas por el resto de la noche. También recuerda dar una propina extra al portero cuando quieras entrar en el club «underground» del bar cada noche.